viernes, 8 de abril de 2016

La Mujer Pistacho



No suelo coger el bus cuando vuelvo del acupuntor, pero hoy tenía que ir a dejar la licuadora en el servicio técnico que había localizado cerca del mercado central. Así que preferí ir a coger el bus, que además de dejarme más cerca, posiblemente llegaría antes y además de hacer frio, parecía que iba a llover.
Justo llegué a la parada y empezó a chispear, así que aproveché para lucir el paraguas que me había encontrado en la estación de metro de Batán hace unas semanas y que todavía no había podido usar. El bus vino enseguida, aunque sin paraguas me habría mojado bastante.
Entré saludando con un “Buenos días” y una amplia sonrisa, a lo que parece que el conductor no estaba demasiado acostumbrado, aunque a regañadientes terminó por regalarme un buenos días.
Ya instalada en mi asiento subió una mujer de pelo canoso, algo mayor que yo y se sentó a mi lado. Parece que la mujer no llevaba paraguas y se había mojado mientras esperaba el bus; esto motivó que empalmáramos la hebra acerca de la lluvia y sus beneficios y enseguida la mujer me espetó que lo que tenían que hacer era poner árboles de pistachos en lugar de esos árboles tan caros que acababan de colocar y que encima los habían puesto tan juntos que se iban a comer unos a otros y durante todo el recorrido la mujer me iba contando cosas sobre los árboles que veíamos, sobre si los consideraba adecuados o no, si los habían plantado demasiado juntos o iban a tener espacio suficiente para crecer; hablaba perfectamente el castellano, sin ningún acento, pero me extrañó que hablara tanto de Alemania, así que aproveché para preguntarla de donde era y me dijo que era de Burgos pero que de joven se había ido con su familia a Alemania y allí se había casado y vivido durante más de 30 años.
Aproveché para preguntarla de que parte de Burgos era y me dijo que de la parte norte de Burgos, así que le pregunté el nombre del pueblo y me dijo que ella había vivido de pequeña en una granja y que no había pueblo ni nada. Era increíble la sensibilidad que tenía para con el mundo vegetal, así que me decidí a enseñarla el cuadernito de ¿Qué Árbol eres tú? que llevaba en la mochila y al enseñárselo me doy cuenta de que la mujer no sabía leer porque contaba las letras, incluido el signo de interrogación.
Me emocionó muchísimo encontrarme con esta mujer tan conectada con los árboles, con una increíble inteligencia natural y totalmente analfabeta.
Así que aproveché para decirla lo primero que dice Jean Shinoda Bolen sobre las personas árbol y las personas no árbol y la dije si ella era una mujer árbol, pero más que preguntándoselo, casi afirmándolo. Qué pena que ya casi me tenía que bajar del bus, pero a la mujer árbol todavía le dio tiempo a decirme que en Madrid estaban poniendo árboles comestibles en las calles, porque según ella ya que hay que gastarse un dinero y regarlos, por lo menos que podamos comer sus frutos. Y ya no me dio tiempo a contarle sobre el Bosque comestible que se ha creado en Batán en este último año y mi pasión por los Bosques Comestibles; acababa de llegar a mi destino
Recuerdo también que la mujer pistacho me dijo que había que poner árboles que estuvieran siempre verdes ya que son los que más oxigeno crean, pero que no den flores porque las flores consumen mucho oxígeno.
Y solo hace un par de días que hablábamos en la reunión de coordinación arbórea sobre los bosques comestibles y que había que hacer una sesión para crear el espectáculo de títeres; así que se ve que estás lluvias han traído mucho más que agua.
De camino al servicio técnico, me vino a la mente Felix Rodriguez de la Fuente que también era de un pueblo del norte de Burgos y alguna vez le oí contar que su afición por la naturaleza le vino de estar prácticamente sin escolarizar en su pueblo y que la naturaleza fue su gran maestra.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Alicante, 8/4/16

Tanit

1 comentario:

  1. Que historia más chula, me encanta "la mujer pistacho".cuánta sabiduria sin leer letras y leyendo hojas y troncos y ramas. Gracias mujer bosque¡¡

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